Un cazador de tesoros descubrió doce canciones inéditas de Michael Jackson, que fueron grabadas entre 1989 y 1991, en la época previa al lanzamiento de su disco «Dangerous».
La persona que lo descubrió se llama Gregg Musgrove, ex oficial de policía convertido en cazador de tesoros, que adquirió contenido de un almacén abandonado que previamente había pertenecido al cantante y productor Bryan Loren.
Gregg Musgrove y su abogado contactaron a los representantes del patrimonio de Michael Jackson que, más allá de reconocer que las grabaciones son reales, son copias y no las originales, que permanecen guardadas en sus bóvedas. Además no pueden ser publicadas ya que están protegidas bajo derechos de autor.
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